Es posible que cada vez que se aproxima la menstruación sientas que el mundo está en tu contra o que nadie te entiende. Experimentar estas sensaciones y pensamientos puede afectar tu calidad de vida.
El trastorno disfórico premenstrual (TDPM) puede ser la causa de cambios severos de humor y de malestar que suceden en torno a la llegada de la menstruación. A menudo, se confunde con los clásicos síntomas del síndrome premenstrual (SPM), pero es mucho más grave y agotador.
La menstruación es una parte natural de la vida femenina y, de por sí, trae consigo repercusiones físicas y emocionales. Sin embargo, algunas mujeres sufren síntomas severos que impactan en profundidad en su calidad de vida.
Saber identificar esta situación, comprender por qué ocurre y conocer las opciones de tratamiento puede cambiar de manera notable la experiencia menstrual. Aunque los dolores, los enojos, la tristeza y la frustración no desaparecerán por completo, tendrás las herramientas para manejar mejor lo que se avecina.
¿De qué se trata este caos emocional antes de la menstruación?
Aunque el término trastorno disfórico premenstrual pueda sonar confuso, se trata de un conjunto de signos clínicos que conforman una condición psiquiátrica que requiere tratamiento. Se caracteriza por la presencia de síntomas de depresión graves, irritabilidad y tensión que aparecen antes de la menstruación.
Sus manifestaciones incluyen las que se observan en el síndrome premenstrual, como hinchazón, dolores de cabeza y sensibilidad en los senos, pero más intensos y debilitantes. Además, provoca síntomas emocionales graves, como irritabilidad extrema, ansiedad, depresión y hasta ideas suicidas que pueden interferir con las actividades diarias y las relaciones personales.
Los síntomas comienzan entre 7 y 15 días antes del inicio del período menstrual y pueden continuar durante los primeros días del mismo. Cuando llega el sangrado, la situación empieza a mejorar y la mujer empieza a sentirse otra vez mejor. El TDPM puede iniciar en cualquier momento después de la pubertad.
Fuente: Mejor con salud